¿Alguna vez has visto objetos de plástico transparente marcados por grietas internas a pesar de no haber sido nunca utilizados? Es muy probable que el material en cuestión se haya visto afectado por el fenómeno del cracking por tensión, es decir, una ruptura debida a la acción combinada de tensiones internas y, a menudo, de un líquido que impregna la estructura molecular, facilitando la formación de grietas.
El agrietamiento por tensión es un problema difícil de prevenir y requiere una evaluación cuidadosa de los escenarios de exposición a los que puede estar sometido nuestro objeto. Afecta principalmente a polímeros amorfos, como el policarbonato, pero también puede presentarse en materiales semicristalinos como el polietileno o las poliamidas.
El fallo mecánico y la formación de grietas requieren la presencia simultánea de tensiones internas o externas en el material y un producto químico que penetra en la estructura del polímero, comprometiendo los enlaces secundarios entre las cadenas macromoleculares y causando roturas frágiles. El fenómeno se produce con el tiempo, incluso después de meses, y se ve favorecido por la alta temperatura, la concentración de reactivos y la fatiga.
Para evitar el agrietamiento por tensión es necesario realizar una correcta selección de polímeros, una cuidadosa evaluación de los productos químicos presentes en el entorno de trabajo y un diseño adecuado de los productos que evite geometrías o procesos que favorezcan y aceleren los problemas estructurales aquí comentados.
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